En Walkia te contamos como Castilla-La Mancha y Landini llevan la agricultura en las venas
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Según los especialistas en toda la actualidad del sector de la agricultura, técnicas agrarias y la revista digital Profesional AGRO la comunidad castellano-manchega destaca por la importancia de su sector agrario y por la implicación y dedicación de sus gentes para conseguir que sus producciones destaquen en el panorama nacional, hasta el punto de ostentar posiciones de claro liderazgo en un importante número de cultivos. Todo un reto que necesita contar con los mejores aliados tecnológicos en cuanto a productividad, prestaciones y versatilidad, aspectos en los que una marca histórica como Landini destaca como el socio perfecto, con una gama de tractores que se adapta a las necesidades del campo de Castilla-La Mancha.
Castilla-La Mancha es una de las regiones más extensas de España. Con una superficie de 79.408 km2 distribuida entre sus cinco provincias, representa el 15,7% del total nacional. La actividad agraria corre por las venas de sus gentes y se erige como uno de sus principales motores económicos. No en vano, la superficie del medio rural castellano-manchego alcanza el 90,8% del total (72.128 km2). Esta gran extensión acoge una población de 2.045.221 habitantes, un 4,3% del total nacional, lo que arroja una densidad de 25,8 habitantes por km2 –que contrasta con los 94 de la media en España–, de los que más del 44% reside en el medio rural, un total de 902.201 habitantes.
Las actividades englobadas en el sector primario –agricultura, ganadería, silvicultura y pesca–, aportan el 8,8% del PIB regional, y el 12,59% de las empresas de la región están relacionadas con el sector agrícola. De la importancia del sector agrario en Castilla-La Mancha hablan por sí solas las 118.686 explotaciones agrarias que existen en la región, un 12,6% del total de las explotaciones de España. Con un tamaño medio de 34 ha –sensiblemente superior a las 24 ha de media nacional–, estas explotaciones aportan alrededor de 300.000 empleos, pero tan solo alrededor de un 8% de los agricultores castellano-manchegos son menores de 40 años, por lo que se hace patente la necesidad de un relevo generacional en el que los nuevos equipamientos y tecnologías agrícolas juegan un papel decisivo a la hora de captar el interés de las nuevas generaciones por la actividad agraria.
Cultivos predominantes en Castilla-La Mancha.
Entre los cultivos predominantes de la agricultura castellano-manchega destacan la cebada, la vid y el olivar, mientras que la ganadería –fundamentalmente la extensiva–, arroja una tendencia decreciente, sobre todo en el caso del ovino y caprino.
No se puede desligar la actividad agraria de la transformación agroalimentaria, que ocupa la cuarta parte del empleo industrial de la región. Se trata de un sector con un interesante crecimiento, pero que debe adaptarse a un entorno nacional e internacional altamente competitivo. Las principales producciones agroalimentarias de Castilla-La Mancha son la vitivinícola, el aceite y las industria láctea y cárnica. Además, la industria agroalimentaria se complementa con un importante esfuerzo orientado a aportar imagen de producto y de marca, favoreciendo con acierto las denominaciones de origen y las certificaciones de calidad.
El sector vitivinícola, referencia mundial.
Castilla-La Mancha es la región vitivinícola más extensa del mundo y, por ende, la más importante de España, con una interesante oferta competitiva tanto en volumen como en precio. La Encuesta de Superficies y Rendimientos de cultivos recoge una superficie de viñedo de 967.234 ha en todo el territorio nacional –el 5,6% de la superficie de cultivo total– y por comunidades autónomas Castilla-La Mancha destaca de forma contundente con cerca de la mitad (concretamente el 49,1%) de la superficie nacional del viñedo de vinificación. Le siguen a mucha distancia Extremadura (9,0%), Castilla y León (7,3%), Comunidad Valenciana (6,4%), Cataluña (5,9%) y la Rioja (5,5%).
Olivar, una posición de liderazgo.
Los datos de la Encuesta de Superficies y Rendimientos de cultivos en España certifican que en nuestro país existe una importante superficie destinada al cultivo del olivar, que representa más el 16,1% de la superficie de cultivo total. De ellas, el 93,1% corresponden a olivar de almazara, el 2,8% a olivar de mesa y el 4,2% a olivar de doble aptitud. Castilla-La Mancha es, después de Andalucía, la segunda región con más superficie de olivar de España, con 443.702 ha, cubriendo este cultivo el 11,8% de su superficie agrícola.
Las plantaciones comerciales –las nuevas plantaciones, las jóvenes y las que están en producción– se concentran principalmente en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, regiones oleícolas por excelencia que albergan el 88,4% del olivar productivo, el 86,9% del olivar total nacional y el 90,6% de las plantaciones de primer año. Del total de empresas dedicadas a la “Fabricación de aceites y grasas vegetales y animales” de España, el 11,5% se encuentran en Castilla-La Mancha –una cifra que se ha mantenido estable en los últimos años–, y en la región se concentran un 14,4% de las almazaras existentes en nuestro país, así como el 14,6% de las envasadoras, el último eslabón del proceso industrial.
Cultivos leñosos y otras producciones.
Si por algo está destacando la agricultura castellano-manchega en los últimos años es por la importancia que están adquiriendo los cultivos leñosos en todo su territorio. Este tipo de cultivos ha encontrado en esta comunidad un gran potencial de crecimiento gracias a su excelente adaptación a las condiciones ambientales y climatológicas de la zona, destacando el almendro y el pistacho con superficies que crecen año tras año.
Concretamente en el caso del almendro, de las 721.796 ha dedicadas a este cultivo en el conjunto de España, un 20,2% se encuentran en Castilla-La Mancha y cabe destacar que en 2020 la superficie se ha incrementado en un 4,4%.
Cultivo de pistacho
Aún mayor progresión está experimentando el cultivo del pistacho, del que existen en todo el país un total de 44.244 hectáreas de las cuales el 80,96% se encuentran en Castilla-La Mancha. Con una superficie de 35.822 ha en el año 2020, esta cifra supone un incremento del 43,8% con respecto a la campaña anterior.
Pero el potencial castellano-manchego se extiende a otro tipo de cultivos hortícolas, que se focalizan sobre todo en las zonas de regadío de cada una de sus respectivas provincias. Entre ellos destacan el ajo, la cebolla, el melón, la sandía, el espárrago, el pimiento, el tomate, la berenjena, el brócoli, la patata y la lechuga.
Como ejemplos destacados, un 75% de la producción nacional de ajo se concentra en Castilla-La Mancha, así como más del 63% del cultivo de aromáticas como la lavanda o el lavandín. La sandía y el melón son también cultivos de gran importancia en la región: mientras que a la primera se destinaron en 2020 un total de 2.032 ha (un 15,7% del total nacional), en el caso del melón se han destinado 3.897 ha en el último año, lo que representa un 21% de la cifra total.